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Ciberdelincuentes distribuyeron versiones de la interfaz de programación de aplicaciones de ChatGPT con fines de ciberdelitos al lograr evitar las barreras de control de la aplicación.
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Se detectó actividad de ciberdelincuentes distribuyendo versiones de la interfaz de programación de aplicaciones (API) de uno de los modelos de OpenAI, que permite crear ‘malware’ y correos electrónicos de ‘phishing’. El objetivo de esta distribución es saltear las restricciones de la compañía para evitar el abuso de la herramienta de inteligencia artificial ChatGPT.
Un grupo de investigadores de ciberseguridad comprobó que los ciberdelincuentes habían empezado a usar ChatGPT para ejecutar campañas ‘malware’ siguiendo los métodos tradicionales.
A pesar de estas facilidades, OpenAI estableció una serie de restricciones con las que frena la creación de contenido malintencionado en su plataforma, evitando así que estos atacantes abusen de sus modelos. De ese modo, si solicitan a ChatGPT que escriba un correo electrónico de ‘phishing’ suplantando la identidad de una organización (como puede ser un banco) o cree un ‘malware’, el modelo no responderá a la solicitud, según anunció la compañía en una nueva publicación.
Sin embargo, los ciberdelincuentes encontraron la forma de evitar las restricciones de este chatbot y compartieron los pasos a seguir para superar estas limitaciones a través de foros de internet, donde revelaron cómo usar la API de OpenAI.
¿Qué es ChatGPT?
ChatGPT es un chat basado en inteligencia artificial desarrollado por OpenAI y que está entrenado para mantener una conversación en texto. Para desarrollar estas conversaciones, el sistema se basa en el modelo de lenguaje GPT 3.5 y en sus últimos avances demostró tener capacidad para generar y enlazar ideas, así como para recordar conversaciones previas.